El Tarot es una herramienta para poder interpretar el inconsciente colectivo, pero.. que significa??
El inconsciente colectivo contiene toda la herencia espiritual de la evolución de la humanidad, que nace nuevamente en la estructura cerebral de cada individuo.
Primero, fantasías (incluyendo sueños) de carácter personal, que vuelven indiscutiblemente a experiencias personales, cosas olvidadas o reprimidas, y por eso se pueden explicar totalmente a través de la anamnesis individual. Segundo, fantasías (incluyendo sueños) de carácter impersonal, que no pueden reducirse a experiencias pasadas del individuo, y por eso no se pueden explicar como algo adquirido individualmente. Estas imágenes de la fantasía sin duda tienen sus análogos más cercanos en los tipos mitológicos… Ya que estos casos son tan numerosos, estamos obligados a suponer la existencia de un sustrato psíquico colectivo, que yo he llamado inconsciente colectivo.
El inconsciente colectivo –antes de entrar en detalles- parece estar constituido por motivos mitológicos o imágenes primordiales, razón por la cual los mitos de todas las naciones son sus verdaderos exponentes. De hecho, toda la mitología puede considerarse una especie de proyección del inconsciente colectivo… Por lo tanto, podemos estudiar el inconsciente colectivo de dos maneras: en la mitología o en el análisis del individuo.
De este modo, surge un conciencia que ya no está aprisionada en el pequeño y extremadamente sensible mundo personal del yo, sino que participa libremente en el mundo más amplio de los intereses objetivos. Esta conciencia ampliada ya no es ese quisquilloso y egoísta conjunto de deseos, miedos, esperanzas y ambiciones personales que siempre debe ser compensado o corregido por las contratendencias inconscientes; más bien, es una función de relación con el mundo de los objetos, que conduce al individuo a una comunión absoluta, valedera e indisoluble con el mundo en general.
Sandra Gallardo
El inconsciente colectivo contiene toda la herencia espiritual de la evolución de la humanidad, que nace nuevamente en la estructura cerebral de cada individuo.
Primero, fantasías (incluyendo sueños) de carácter personal, que vuelven indiscutiblemente a experiencias personales, cosas olvidadas o reprimidas, y por eso se pueden explicar totalmente a través de la anamnesis individual. Segundo, fantasías (incluyendo sueños) de carácter impersonal, que no pueden reducirse a experiencias pasadas del individuo, y por eso no se pueden explicar como algo adquirido individualmente. Estas imágenes de la fantasía sin duda tienen sus análogos más cercanos en los tipos mitológicos… Ya que estos casos son tan numerosos, estamos obligados a suponer la existencia de un sustrato psíquico colectivo, que yo he llamado inconsciente colectivo.
El inconsciente colectivo –antes de entrar en detalles- parece estar constituido por motivos mitológicos o imágenes primordiales, razón por la cual los mitos de todas las naciones son sus verdaderos exponentes. De hecho, toda la mitología puede considerarse una especie de proyección del inconsciente colectivo… Por lo tanto, podemos estudiar el inconsciente colectivo de dos maneras: en la mitología o en el análisis del individuo.
De este modo, surge un conciencia que ya no está aprisionada en el pequeño y extremadamente sensible mundo personal del yo, sino que participa libremente en el mundo más amplio de los intereses objetivos. Esta conciencia ampliada ya no es ese quisquilloso y egoísta conjunto de deseos, miedos, esperanzas y ambiciones personales que siempre debe ser compensado o corregido por las contratendencias inconscientes; más bien, es una función de relación con el mundo de los objetos, que conduce al individuo a una comunión absoluta, valedera e indisoluble con el mundo en general.
Sandra Gallardo